miércoles, 25 de agosto de 2010

El tranvía de Jerusalén tendrá coches distintos para hombres y mujeres



El tranvía de Jerusalén, que comenzará a funcionar el próximo año, tendrá algunos coches en los que hombres y mujeres podrán viajar estrictamente separados para cumplir sus preceptos religiosos, como ya ocurre en algunos autobuses. Así lo indicó Yair Naveh, el director general del consorcio que construye el tren ligero, CityPass, en una ceremonia de presentación, informa la edición digital del diario ‘Haaretz’.

“El tren ha sido construido para servir a todo el mundo. Creo que tiene que haber alternativas para todos y esa opción existe por la división del tren en coches. No es un problema que uno de cada tres o cuatro sea declarado mehadrín (con separación por sexos)”, dijo Naveh a preguntas de un periodista.

El colectivo que aplica la división entre hombres y mujeres son los judíos ultra-ortodoxos, que suponen cerca de un tercio de la población de Jerusalén y cuentan con algunas líneas segregadas de la cooperativa de autobuses Egged.

Las obras del tranvía, que comenzaron en 2002, se han convertido en sinónimo de trabajo interminable y blanco de bromas tras años de retraso, que se espera ahora culmine en abril de 2011. El tren ligero también viene envuelto en polémica porque hace el trayecto a las colonias judías en el este de la ciudad, territorio palestino ocupado desde 1967. A esto se suman las controvertidas preguntas a los futuros usuarios, desveladas la pasada semana por el diario ‘Haaretz’, sobre si les molestaría compartir viaje con un árabe.

“Hay tres paradas en (el barrio árabe) de Shuafat, ¿eso le molesta?” y “Todos los pasajeros, judíos y árabes, pueden acceder libremente al tranvía, sin pasar control de seguridad, ¿esto le supone un problema?” son las preguntas que figuran en los cuestionarios que está efectuando la empresa.

La primera línea, que cubrirá los 13,8 kilómetros que separan el sudoeste de Jerusalén del asentamiento judío de Pisgat Zeev, en la parte oriental palestina, entrará en funcionamiento en abril de 2011, con veintidós meses de retraso. En el decenio siguiente, al menos otras cinco líneas verán la luz, recorridas por trenes con ventanillas antibalas y un diseño que esconde las partes mecánicas para evitar sabotajes y atentados.

Varias arterias básicas de Jerusalén están patas arriba por las obras del tranvía, que busca dar una respuesta ecológica a los habituales atascos y la falta de metro en una ciudad que guarda 5.000 años de historia bajo tierra.

Treneando

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