domingo, 4 de septiembre de 2011
Entrevista a Carmelo Suárez, Secretario General del PCPE
La situación actual, la unidad de la izquierda, CC.OO, la OTAN, el 15-M...
1. ¿Qué valoración hace el PCPE del actual momento social y político que atraviesa España?
Nuestro país está inmerso en la crisis estructural del sistema capitalista, que estalló en su fase más aguda en el verano de 2007, con las particularidades propias del proceso de acumulación capitalista conformado en los últimos treinta años a partir de la llamada “transición política”. Esto supone una serie de singularidades en los términos concretos en que se expresa la crisis. Por una parte está la manera en que los sectores oligárquicos se han integrado en la cadena imperialista mundial. Este sector, absolutamente minoritario en la realidad social, es el que impone las grandes estrategias políticas de los gobiernos de turno.
Las políticas de privatizaciones, de precariedad laboral, de participación en la guerra imperialista, etc., todas ellas están definidas por este sector oligárquico a la medida de su conveniencia. Siendo hoy su principal fuente de ingresos (superior al 60%) sus actividades de expolio imperialista en otros países, no renuncian a jugar un papel fundamental en mantener su base estatal-nacional de acumulación. Por ello someten al conjunto de la burguesía española a sus estrategias, disciplinándola y colocándola en una posición subsidiaria para que colaboren a la acumulación oligárquica como estrategia principal. Eso provoca una desmesurada concentración de capitales en unas muy pocas manos, seguramente menos del 1% de la población del país; y, además, concentradas en unos pocos cientos de familias. La clase obrera trata de enfrentar esta situación desde las debilidades en que la han situado las sucesivas traiciones del reformismo, tanto político como sindical.
Las luchas obreras que se han dado en estos últimos años han tenido como protagonistas a colectivos obreros con consolidada tradición de lucha, o a colectivos en los cuales existe una presencia sindical clasista que no ha sido abducida por las argucias del sistema dominante. Desde los Pactos de la Moncloa, suscritos por los sindicatos de entonces y por el PCE, la clase obrera ha tenido unos retrocesos que la han colocado en una posición difícil para la lucha por sus intereses. La clase obrera paga todas las consecuencias de la crisis. Ochocientas mil personas pasaron a situación de exclusión social en el período 2007-2010, en el país hay diez millones de pobres, hay una generación de población infantil gravemente marcada por una alimentación deficiente y por la carencia de servicios sociales, hay una generación joven que se le declara perdida y que no consigue iniciar una vida laboral normalizada, etc., al tiempo el ejército mercenario consigue cubrir sus cupos –cosa que no lograba años atrás- gracias al hambre de esa población joven, junto a una población inmigrante utilizada igualmente como carne de cañón con la promesa de obtener la nacionalidad y normalizar su situación en el país.
Esta situación viene determinada, de forma ineludible, por la incapacidad estructural del capitalismo español para superar esta crisis reactivando el ciclo de reproducción ampliada del capital sobre la base de la producción de mercancías. El sistema está abocado a llevar a la clase obrera a una situación mayor de esclavitud, y a tratar de hacer del pillaje y el expolio imperialista su principal fuente de acumulación. Pero ese es un camino sin futuro para el país. Hoy España ha pasado al lugar doceavo en el ranking de la economía mundial, y las previsiones son que en pocos años estará en el lugar veinte, que será su situación futura y siempre bajando más. La oligarquía española conoce esta situación, y su estrategia es tratar de buscar una salida sobre la base de la agudización de las condiciones de explotación de la clase obrera y de la participación en la guerra de pillaje imperialista.
La clase obrera es la que tiene que plantearse que en el futuro, mientras haya capitalismo, su situación irá a peor. No es posible el retorno al capitalismo de 2005 que, además, era mentira. Ello nos lleva directamente a la necesidad de la revolución socialista como algo que ya está colocado en el orden del día. Esa es la propuesta del PCPE.
2. ¿Por qué no se traduce -como en el caso del KKE o el PCP en Grecia y Portugal- en un partido comunista fuerte, con implantación en las calles y en las instituciones?
La comparación con esos dos ejemplos no es posible porque fueron procesos históricos diferentes. En el caso de Portugal el PCP no derivó hacia posiciones eurocomunistas y mantuvo sus posiciones marxistas-leninistas de una manera consecuente. Y en el caso de Grecia la fracción eurocomunista quedó en minoría, y fue la fracción marxista-leninista la que tomó la dirección del partido, garantizando la continuidad de las posiciones revolucionarias.
En España las tesis eurocomunistas fueron las que controlaron la situación dentro del PCE, y lo llevaron a su liquidación. Las sucesivas rupturas fueron dando lugar a diversos grupos organizados que no fueron capaces de organizar una alternativa revolucionaria. No es hasta enero de 1984, con el proceso de unidad comunista en el que nace el PCPE, cuando se apuesta por la recuperación del partido comunista marxista-leninista con posibilidades de éxito. Después vino la contrarrevolución en el socialismo real que supuso un fuerte impacto para nosotros. Y luego están nuestros propios errores, lógicamente.
Hoy el PCPE está en una fase a la ofensiva, con crecimiento, ampliación de su capacidad de lucha de masas, e impulsando los procesos de unidad comunista de una manera permanente. Ciertamente vamos con retraso con respecto al PCP y al KKE, pero los tiempos nos son propicios para crecer de manera significativa en un plazo de tiempo no demasiado largo.
3. ¿Qué problemas existen con la nueva ley para que las organizaciones políticas puedan acudir a las urnas el 20-N?
El PCPE desde hace años -analizando la agudización de las contradicciones que se desarrollan en el capitalismo español-, concluía que las formalidades democráticas eran, cada vez más, un obstáculo mayor para el proceso de acumulación capitalista. Por tanto, decíamos que esas formalidades democráticas irían siendo liquidadas progresivamente.
Lo que nos resultaba difícil imaginar era el como se daría ese proceso, pero no ha pasado mucho tiempo y la realidad ya la tenemos a la vista: es legal intervenir nuestras comunicaciones, se nos graba permanentemente en la calle, se mantiene la legislación antiterrorista y se nos aplica torticeramente, aumenta la brutalidad policial, se reforma la constitución al dictado del capital sin más, se liquida la negociación colectiva, se aumenta la carrera de obstáculos para concurrir a las elecciones, se nos restringe las posibilidades de difundir nuestra propuesta política electoral en esas convocatorias, etc.
Es necesario interpretar estas nuevas iniciativas legislativas en materia electoral en esa clave, porque de lo contrario existe el riesgo de quedarse en la reivindicación de que el capitalismo funcione como en las décadas pasadas, cuando aún le era posible hacer ciertas concesiones porque su hegemonía era lo suficientemente fuerte como para no inquietarse. Ahora el capitalismo se siente herido de muerte, y toma iniciativas para tratar de retrasar el momento fatal.
En esta etapa iremos evolucionando hacia una forma de estado autoritario-policial hasta ahora desconocida, hacia el espionaje universal de toda nuestra vida, hacia la persecución feroz de la clase obrera en lucha, etc. Un aumento incesante y brutal de la violencia de la oligarquía contra la clase obrera en todos los ámbitos de la vida. En esta situación el papel de un Partido Comunista es el de siempre, a la ofensiva contra la dictadura del capital y su barbarie. Luchando siempre por la revolución socialista. El PCPE nunca se ha dejado engañar por la envoltura democrático-formal de la dictadura capitalista. El PCPE presentará el máximo de candidaturas posible en estas elecciones, y no serán pocas. Si por parte del estado se utiliza la nueva normativa para anularlas daremos la batalla con todas nuestras fuerzas, y eso fortalecerá al PCPE como organización de vanguardia de la clase obrera.
4. ¿Por qué no ha sido posible un Frente de Izquierdas con otras organizaciones de clase con la que se comparten movilizaciones?
El PCPE, en su Noveno Congreso celebrado a finales de 2010, ha definido el Frente Obrero y Popular como su estrategia de política de alianzas. Esta propuesta es superadora de la formulación del Frente de Izquierdas, que siempre se entendió como una sopa de siglas que no necesariamente representaban a la clase obrera y a los sectores populares. Nuestra propuesta de alianzas es con la clase obrera organizada, como una expresión de la realidad del proceso de toma de conciencia de la clase.
Es una propuesta que no solo incluye a la clase obrera sino también a sectores populares que el desarrollo del imperialismo va colocando de forma objetiva al lado de la clase obrera.
Ese Frente es el que puede desarrollar el proceso de acumulación de fuerzas hacia la revolución socialista, que es el reto de nuestra época. Hoy existe un ramillete de fuerzas políticas de la izquierda reformista que toma iniciativas para coaligarse de cara a la convocatoria electoral. Ese proceso se resolverá con la preeminencia de las posiciones más derechistas, que son las que hacen posible el acuerdo. No es una unidad para la construcción del socialismo sino una unidad para la defensa del “estado del bienestar”. Una posición esencialmente idealista, pues el “estado del bienestar” fue una concesión del capitalismo, en un determinado momento histórico, donde la correlación de fuerzas era desfavorable para la dominación capitalista. Mantenerse hoy con ese endeble programa político significa una incomprensión total del actual desarrollo de la crisis capitalista, y de la agudización de la lucha de clases.
Esa unidad reformista trata de llevar a la clase obrera y sectores populares por caminos de distracción, que en nada preocupan a las clases dominantes, y por eso obtendrán su indisimulado apoyo frente a las posiciones revolucionarias que serán tenazmente perseguidas, como la del PCPE por ejemplo. Esa confluencia reformista será buena para la necesaria clarificación ideológica, pues no reivindicará el espacio comunista, en el que el PCPE se sitúa con legitimidad propia.
5. Fue muy comentada la valoración que hizo el PCPE del Movimiento 15-M, ¿qué se quiso decir, exactamente?
La cosa es sencilla, ante la profundidad de la crisis, y sus brutales consecuencias para la clase obrera, una parte del pueblo estaba esperando alguna respuesta de contestación en algún momento, cuestión que también se correspondía con el análisis del Partido.
El comunicado lo que venía a decir es que el 15M no es el movimiento de respuesta de la clase obrera a la crisis capitalista, y que no había que confundirse. Eso lo hicimos de una manera contundente porque el movimiento, por diversas razones, se prestaba a confusión, y corría el riesgo de distraer energías que había que colocar en otro lugar.
La cuestión es que hoy seguimos esperando esa respuesta de la clase obrera, y el PCPE trabaja con todas sus fuerzas para conseguirlo. El 3 de octubre la Federación Sindical Mundial convoca una jornada de acción internacional que sí tiene una orientación clasista, y en ello trabajamos, buscando la unidad del movimiento obrero. Eso nada tiene que ver con el 15M. Hoy también se produce un escenario de confusión en relación a la solicitud de un referéndum sobre la reforma constitucional que se tramita en estos días; esa es una posición que no coloca los intereses de la clase obrera en su lugar.
Esa posición distrae la cuestión de fondo y viene a constituirse en un aval de la Constitución de 1978, cuando –no hay que olvidarlo- ese texto fue resultado de la derrota de la clase obrera en la llamada “transición política”. Hoy lo que tenemos que denunciar es que la oligarquía financiera dicta a los estados sus imperativos más que nunca, y que elevar a rango constitucional la prioridad de cobro de los préstamos es una expresión superior de la dictadura del capital; que es lo que consagró en su día la Constitución de 1978, y ahora perfecciona esta apresurada reforma constitucional.
La retórica ha invadido todo este debate que se desarrolla dentro de los límites del sistema, dejando fuera el carácter de clase del estado, expresado en la Constitución, con lo cual se profundiza el desarme de la clase obrera para organizar la defensa de sus intereses como clase oprimida y explotada. El Partido Comunista tiene la responsabilidad irrenunciable de orientar la lucha de clase obrera por encima de la parafernalia manipuladora que solo esconde los intentos del capital de tratar de mantener su hegemonía.
6. La OTAN en Libia, ¿qué análisis hace el PCPE?
La guerra permanente forma parte consustancial del intento, desesperado, de tratar de mantener el proceso de acumulación capitalista en la etapa final del imperialismo. ¿Quién podía imaginar este ataque contra Libia hace apenas un año? El imperialismo crea constantemente nuevos escenarios de guerra, muy difíciles de prever, dado su aventurerismo.
Característica, ésta última, de un sistema sociohistórico en descomposición. En este caso el imperialismo quizás ha superado algunas de las rayas rojas existentes hasta ahora de una manera más descarada. La resolución de la ONU –hipotéticamente de establecimiento de una zona de exclusión aérea- ha sido utilizada para realizar todo tipo de acciones de guerra sin que la misma ONU haya manifestado la menor objeción.
La OTAN ha actuado como un ejército cuyo objetivo principal era la ejecución de un magnicidio, directamente se buscaba el asesinato de Gadafi y su familia. Se ha fabricado una “oposición” –otra vez- con todo tipo de sujetos haciéndolos pasar por “luchadores por la libertad y contra la dictadura”; vendepatrias, criminales, fanáticos, banqueros, agentes secretos, …. El papel de los medios de comunicación de masas ha demostrado una quiebra moral extrema, se miente y se manipula la realidad sin ningún tipo de límite, todo en ellos es mentira y engaño. Este es el futuro que nos espera mientras haya capitalismo, en el futuro capitalista no habrá otra cosa como no sea ir a peor.
Hay que trabajar para reorganizar el frente contra la guerra imperialista, levantar un amplio movimiento de masas, no grupitos de activistas, sino millones de personas negándose a ser cómplices de esta barbarie. El silencio de amplios sectores sobre Libia no puede continuar. Aunque mucho peor ha sido la posición del reformismo, que siempre pidió que las guerras imperialistas fueran con autorización de la ONU. Pues ahora la ONU da el visto bueno y el reformismo se ha quedado sin discurso. Viendo lo que pasa en estos días -en el final del ataque-, los comunicados de las organizaciones reformistas de los primeros días causan sonrojo, supongo que ellas mismas los esconden.
7. ¿Queda algo de socialismo en China o en Vietnam?
Si la pregunta fuera esa, literalmente, la respuesta sería sí, y entraríamos a cuantificar. Pero entiendo que realmente la pregunta lo que pide es un pronunciamiento sobre los procesos que se dan en esos dos países, y si sus orientaciones se corresponden con procesos de construcción socialista o si estamos ante procesos que, en mayor o menor medida, abandonan la construcción del socialismo y derivan hacia retornos al sistema capitalista. Esa es una cuestión que no estoy en condiciones contestar en esta entrevista, es mucha su complejidad. Y tampoco estamos, a día de hoy, en condiciones de dar respuestas tajantes a determinados aspectos de esos procesos.
El PCPE hace un seguimiento de lo que hacen el PC Chino y el PC de Vietnam, hemos realizado diverso nivel de debates sobre ello, y algunas conclusiones, pero no tenemos todavía una conclusión cerrada. Si se pregunta si estamos en desacuerdo con iniciativas concretas que se aplican en uno u otro país, pues si, tenemos desacuerdos importantes con propuestas que no podemos aceptar.
El movimiento comunista tiene la necesidad de tomar posiciones concluyentes sobre temas como este, al menos en el ámbito de las organizaciones marxistas-leninistas que estamos comprometidas en el avance de la coordinación internacional, pero todavía no hemos tenido ocasión de hacerlo. Es un reto que tenemos colocado, y que el tiempo nos apremia a dar respuestas que orienten a la clase obrera. Como se comprenderá es un tema en el que nadie del PCPE da opiniones a título personal.
8. ¿Qué opinión os merece lo que está ocurriendo en Euskal Herría. Los resultados de Bildu, los presos, la posición de ETA...
El PCPE planteó hace ya bastantes años la necesidad de encontrar un final a la intervención de ETA en el conflicto vasco, considerábamos que la etapa de lucha armada –justificada en determinado contexto- ya no era un método válido para las aspiraciones del pueblo vasco.
Son numerosos los pronunciamientos del Partido en esta dirección, al tiempo que siempre hemos sido respetuosos con la propia soberanía de la izquierda abertzale para decidir su política. Nosotros siempre hemos reivindicado el papel prioritario del partido de la clase obrera, y su intervención en la lucha por los derechos nacionales, por el derecho de autodeterminación y por el socialismo. Seguramente lo que hoy ocurre en Euskal Herría tiene mucho que ver con que la izquierda abertzale no compartiera ese planteamiento, y haya seguido por un camino que entendemos, con el tiempo, se convirtió en un callejón sin salida.
En la situación actual lo determinante es que la oligarquía española está consiguiendo cerrar la “transición política” en Euskal Herría, cosa que no había logrado por la lucha consecuente del pueblo vasco durante muchos años, y por lo cual pagó un precio altísimo de sufrimiento, represión y tortura por parte del estado. Llega un determinado momento que, en la izquierda abertzale, se aceptan los límites del marco burgués para ejercer el derecho a decidir, y se impulsa una posición posibilista de que el referéndum es algo que se sitúa cerca y ya hay que decidir el redactado de la pregunta; concretamente en la etapa del plan Ibarretxe.
Desde ese momento quedan arrinconadas progresivamente en la izquierda abertzale las posiciones de lucha por el socialismo, y ganan terreno las posiciones nacionalistas más interclasistas. Bildu es la concreción práctica de ese proceso, donde los elementos de pacto con el estado son determinantes. Si además ahora se impulsan las posiciones de convergencia con el PNV, pues las cosas quedan más claras.
En esta fase quienes están en prisión han quedado en situación de rehenes, como auténtica moneda de cambio a utilizar por el estado para presionar sobre los derroteros del proceso. La presencia efectiva del Partido Comunista es un espacio que hay que llenar cuanto antes, para que mucho de lo entregado por el pueblo vasco en su lucha heroica no termine en la derrota y en la esterilidad política. Hay que tener confianza en que esa vía se abrirá y jugará un papel fundamental para dotar a la clase obrera vasca del instrumento político necesario para su emancipación. Esto ocurrirá más pronto que tarde, y cuanto antes mejor.
9. No es muy conocida la estrecha relación del PCPE con el poderoso KKE en Grecia, mientras que el PCE e IU mantienen su relación con una organización eurocomunista de corte socialdemócrata y muy reducida numéricamente....
El PCPE, como organización internacionalista, siempre ha trabajado por la recuperación de la coordinación del Movimiento Comunista Internacional. Durante años no se había avanzado casi nada en este campo, pero en la última época los avances son ya significativos. El PCPE forma parte del Consejo de Redacción de la Revista Comunista Internacional, donde hoy participamos una serie de partidos unidos por el marxismo-leninismo.
En el proceso de estos años, de ir aproximando posiciones y resolviendo debates, para establecer bases firmes para la coordinación comunista es donde se han constatado importantes coincidencias con el KKE. Tanto en la posición ideológica, como en el tipo de partido, la concepción de la lucha de masas y la interpretación del actual desarrollo de la lucha de clases internacional. Superada, en buena medida, la etapa en la que todavía se daban dificultades para un debate abierto con las posiciones reformistas en el MCI, en la actualidad avanzamos hacia un deslinde cada día más claro con las opciones que, incluso denominándose comunistas, se encuentran instaladas en el más profundo reformismo, como son las que están organizadas en el Partido de la Izquierda Europea. Ahí es donde se sitúa el PCE y sus homónimos griegos.
Tanto el KKE como el PCPE trabajamos para conseguir avances prácticos en la coordinación revolucionaria, y en ese contexto hay una relación fraternal que nos lleva a prácticas de apoyo mutuo en las distintas batallas políticas, como ha sido el caso reciente de la participación del KKE en apoyo de las candidaturas del PCPE en las pasadas Elecciones Locales. Tenemos confianza de que esa línea de colaboración se continuará desarrollando en el futuro y dará resultados beneficiosos para ambas organizaciones, aunque es evidente que en este caso es el PCPE la organización que obtiene mayor resultado de esta colaboración.
10. ¿No es CC.OO parte imprescindible e inmodificable del mecanismo del sistema y hay que potenciar la unidad de acción de otros sindicatos hoy llamados minoritarios?
Las clases dominantes trabajan siempre para colocar bajo su influencia a cualquier organización social o política que pretenda tener un espacio en el capitalismo español. Su posición hegemónica en el sistema les permite aspirar a ese objetivo como mejor garantía de la estabilidad de su poder. Por tanto, es una lucha normal en el sistema la disputa de la influencia política entre el bloque de poder y las organizaciones de la clase obrera. En estos años es evidente que las clases dominantes están ganando ese pulso y que CC OO tiene una posición subordinada a los intereses del capital.
Pero sería un gran error considerar que esa es una situación inamovible, no sujeta a la pugna ideológica. Dicho esto, para que las cosas no se aborden de una manera simplista, la posición del PCPE –de apuesta por la recuperación del sindicalismo de clase- no se enfoca desde una pelea entre siglas sindicales. Nuestra propuesta pasa por encima de la pelea entre siglas sindicales y habla de la clase obrera, esté donde esté organizada, para hacer una propuesta de unidad de todas las luchas sindicales y de los sectores más conscientes, teniendo como protagonista la asamblea de centro de trabajo y una plataforma sindical de mínimos de clara contestación al sistema.
Esa es la propuesta de creación de Comités de Unidad Obrera (CUO), donde caben quienes tengan una afiliación sindical y quienes no tengan organización sindical. A nadie se le pide que deje una sigla sindical donde realiza algún tipo de trabajo de masas, sino que lleve a esa estructura sindical la concepción sindical de clase y la plataforma de mínimos que impulsan los CUO como corriente transversal a las distintas siglas sindicales.
Para el PCPE hoy no existe ninguna sigla sindical de clase que pueda ser considerada el germen de la futura unidad sindical de clase. Entendemos que será a través de esta propuesta de los CUO como la clase obrera de este país se irá organizando en un proceso de unidad para superar el actual fraccionamiento sindical, y llegar a constituir una fuerte organización sindical de la que hoy carece. No podemos predecir qué ocurrirá con CC OO, pueden darse todas las hipótesis, desde que simplemente se consoliden sus actuales realidades más negativas, y sea barrida por el desarrollo de la lucha de clases en este país, hasta que pueda regenerarse y formar parte como un sujeto más del proceso de recuperación sindical que en algún momento arrancará con fuerza.
Eso tan solo nos lo dirá la práctica, y creo nadie está en condiciones de realizar ninguna profecía de cómo serán las cosas en el futuro para esa sigla sindical.
inSurGente
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