Entrevista a Guennadi Ziugánov, líder de los comunistas rusos.
Faltan
pocos meses para que llegue primero ese 4 de diciembre en que tendrán
lugar las elecciones parlamentarias, para seguidamente acometer la
batalla por las presidenciales, sin que se haya despejado todavía la
incógnita de si repetirá Medvéded como candidato, o volverá a
presentarse Putin. A finales de diciembre se cumplirán 20 años desde
aquel fatídico 1991 en que vimos desaparecer la Unión Soviética y las
esperanzas que esta para muchos representaba.
Por
eso es lógico que nos hagamos la pregunta: ¿Hay alguna posibilidad real
de que el Partido Comunista retome el poder por la vía de las urnas?
¿Hasta que punto es creíble? ¿Que pasaría entonces?
Mi
respuesta sería moderadamente optimista. Al fin y al cabo vale la pena
recordar que el PCFR ha seguido siendo en todos estos años de
restauración capitalista, el partido comunista -de la región europea-
con mayor apoyo en las urnas (si exceptuamos al Partido Comunista de la
República de Moldavia, que ha estado los primeros 8 años de este nuevo
siglo al frente del gobierno y pese a estar hoy en la oposición, sigue
siendo la fuerza más votada).La diferencia estriba en que evidentemente
una victoria en Moldavia poco o nada cambiaría en
la geopolítica mundial, pero si Rusia volviese a tener un gobierno
comunista se abriría un nuevo escenario en la arena internacional.
Tampoco
podemos olvidar que en las presidenciales del 96 el propio Ziugánov
derrotó a Yeltsin, aunque la historia acabase en pucherazo…
Mucho
han cambiado las cosas en estos 15 años. Los nuevos poderes económicos
están mucho más afianzados. Ese famoso “oligarcado”, como les gusta
decir en Rusia, compuesto por 15 clanes oligárquicos, controla de modo
omnímodo las riendas del poder, el económico y en consecuencia el
político y el mediático. Soplan tiempos de bonanza para los nuevos amos,
mientras fluya el petróleo y el gas al precio que lo viene haciendo en
los últimos años.
¿Controla
el partido comunista algún medio audiovisual, algún canal que emita a
nivel nacional o alguna emisora de radio? Me temo que la respuesta es
no, ni remotamente. Las únicas herramientas de las que dispone para
hacer frente a ese control absoluto de los medios que tiene el
“oligarcado” (incluyendo los medios públicos) son las ediciones de
“Pravda” y “Soviétskaya Rossía”, que con una tirada de algo más de cien
mil ejemplares y una media de 4 números a la semana poco pueden hacer…
Evidentemente
los medios no pueden ignorar por completo al que ha sido y sigue siendo
durante estas dos décadas principal partido de la oposición (con un
suelo electoral del 13% y un techo del 25%). De vez en cuando no les
queda más remedio que entrevistar a los dirigentes del partido. Es
cierto que al menos en la televisión pública se ha notado en estos 2 ó 3
últimos años un trato más correcto con relación al partido y ahora es
habitual poder ver como entrevistan con cierta regularidad a Ziugánov.
Al fin y al cabo les conviene guardar las apariencias y representar
cierta normalidad democrática.
Lo
que no es tan habitual es que los principales periódicos de la prensa
burguesa entrevisten al líder comunista. Por eso voy a traducir, de modo
resumido, algunas de las preguntas y respuestas de la entrevista
aparecida en “Kommersant” hace unos días. A diferencia del medio
televisivo, aquí el periodista ataca directo desde la primera pregunta.
Las respuestas de Ziugánov, creo ayudarán a que cada uno se responda a
esas preguntas que nos hacíamos al principio:
¿A qué aspira el PCFR, a confirmar una vez más su título de “número dos” o a ganar de verdad las elecciones?
Aspiramos
a ganar. Y podemos presentar hechos que lo corroboran. Como por ejemplo
en las elecciones regionales de marzo en la región de Nizhni Nóvgorod,
en la ciudad de Arzamás, obtuvimos el 55%. Superamos al “partido del
poder” en un 27%. Y eso que había de alcalde un impresentable, como
igual de impresentable fue el comportamiento de la policía. En la región
de Tver ganamos a “Rusia Unida” en casi todas las ciudades.
Pero ahora le va a tocar enfrentarse a todo un “Frente Popular”…
¿Y
cuantos de esos “frentes” hemos visto ya? Ya no sé si esta será la
séptima u octava “chaqueta” que se pone el gobierno, en estos últimos 20
años, cada vez que le toca responder por todo aquello que ha hecho. En
cuanto ha llegado el momento de rendir cuentas, se han asustado. Después
de las elecciones regionales de marzo, están inquietos: han entendido
que se han quedado con el culo al aire. Por eso ahora han decidido
“tapárselo” con este nuevo “Frente”.
Es
posible que esté en lo cierto con respecto a “Rusia Unida”. Pero ese
“Frente” va a estar encabezado por Vladímir Putin, y su popularidad
supera en mucho a la suya.
Denme
un tercio, o incluso un cuarto de ese tiempo del que goza Putin en los
medios de comunicación y entonces veríamos quién es más popular.
¿Quienes son esos dirigentes del “Frente”? Yekaterina Lajóva, que en la
época de Yeltsin comandaba la “sección femenina”. Frants Klintsevich,
quien también fuese persona de confianza de Yeltsin. O el mismo
Alexánder Shojin, líder sindical de los oligarcas… Esa es la
“retaguardia” del “Frente”. Y además ¿dónde se ha visto que un gobierno
se convierta en “Frente”? el gobierno es un órgano ejecutivo, que se
encarga de resolver los problemas del día a día.
A
la gente de la calle toda esa gente que menciona no les interesa. Para
ellos lo importante es saber con quién está Putin. Si él está con el
“Frente Popular” y con “Rusia Unida”, significa que hay que respaldar a
esas organizaciones. Y por cuanto en Vladímir Putin confía del orden del
70% de los ciudadanos, la victoria de “Rusia Unida” está prácticamente
garantizada. Y si a alguno le asoman dudas, la televisión le ayudará a
hacer la elección correcta.
Putin
siempre ha estado y sigue estando al lado de “Rusia unida” y eso no ha
evitado el desgaste de esta en las últimas elecciones regionales. Y
además su índice de popularidad en absoluto es del 70%, sino del 43%.
Así que el destacamento de partidarios de Putin se ha visto casi
reducido a la mitad. Naturalmente, “RU” con ayuda del “aborregamiento
televisivo de la población”, todavía puede recibir una cifra
considerable de votos. Pero eso por si mismo no significa una victoria
política. Es la fuerza de la inercia, pero de una inercia que pierde
fuerza. Además si realmente a nuestros ciudadanos no les interesase lo
que ocurre en el país, como usted insinúa, no seguiría viniendo a
nosotros. Y lo hacen como modo de protesta contra ese supuesto “Frente
Popular”. Entienden perfectamente que ese “Frente” representa y defiende
los intereses de los habitantes de las urbanizaciones de lujo de la
carretera Rubliovo-Uspienskoye. Es el “Frente” que les defiende de los
40 millones de jubilados que sobreviven con una pensión miserable, que
les defiende de los médicos y profesores con salarios irrisorios, que
les defiende de los 13 millones de minusválidos que se han quedado sin
trabajo, y de los jóvenes que han terminado sus estudios y no pueden
encontrar un trabajo digno.
Supongamos que reciben el apoyo de la gente. ¿Qué viene luego?
Luego
viene el trabajo diario, minucioso. Hemos publicado nuestro programa de
modernización socialista en una tirada especial de “Pravda” de 5
millones de ejemplares. No debemos dejar pasar ni un día para que todo
el mundo conozca y se familiarice con ese programa. Es un programa que
incluye 11 programas sectoriales, y diez direcciones capaces de asegurar
un desarrollo seguro del país. Un programa de medidas anticrisis de
plena actualidad, siendo que seguimos inmersos en la crisis global en la
que se encuentra el planeta desde el 2008. Pero lo principal es el
trabajo con la gente. El trabajo diario de explicación de nuestras
propuestas, objetivos. Sembrar la seguridad, la esperanza de que se
puede corregir esta vida, hacerla más limpia, más honrada, más justa.
Dar a la gente un sentido de perspectiva, de futuro.
Llevan
años asustando a la gente en los medios, que si cometas que viene a la
tierra, que si el calendario maya anuncia el fin del mundo, que va a
desviarse el eje de la tierra, que nos invadirán las fuerzas del mal. La
gente comienza a tener miedo de todo lo que les rodea, a encerrarse en
sí mismos, a perder la voluntad y la capacidad de actuar. La gente se
atomiza, la sociedad se desintegra, se pierden los valores, los puntos
de referencia. Al poder eso le interesa, para disponer a su antojo de
esa masa humana. Nosotros luchamos por todo lo contrario, por la unión
de la gente, por la capacidad del pueblo de manifestar su creatividad,
por el aumento de la autoconciencia, por la creencia en un futuro mejor.
No
le interesan a nuestra gente los programas, como hace tiempo que
dejaron claro los sociólogos. Y los partidos tampoco les interesan, no
confían en ellos. La gente está cansada de la política. Y los problemas
personales en la mayoría de los casos no se han agudizado hasta el punto
en que la gente coja en diciembre y vaya a votar, con el sentimiento de
protesta, por cualquier otro partido con tal de que no sea “Rusia
Unida”.
No
es cierto. La gente está cansada de la politiquería, de la mentira, del
cinismo. En la sociedad se está vislumbrando una evidente demanda de
justicia social, de un gobierno responsable. Aparte de eso, lo que
estamos viendo hoy, es como el planeta protesta contra el
neoliberalismo, el sector especulativo, la explotación sin precedentes,
contra el enriquecimiento de un reducido círculo de elegidos y el
empobrecimiento de la mayoría... Algunos países han hecho sonar la
alarma, otros proponen hacer algo para llevar a cabo políticas justas
para las personas y para la naturaleza. Son las políticas de izquierda
que están llamando a todas las puertas y ventanas. Dice usted que no
todos van a votar por nosotros el día de mañana. Posiblemente. Pero
pasado mañana saldrán con nosotros a la calle.
En
su programa se proclama la igualdad de derechos de todos los tipos de
propiedad, incluyendo la privada, pero por otra parte el programa de
modernización socialista proclama la nacionalización de prácticamente
todo el sector real de la economía.
No
es así. Lo que proponemos es llevar a cabo un referéndum, cuyo
resultado nos permitan nacionalizar únicamente el sector de la industria
de extracción de materias primas y una serie de sectores estratégicos,
que sin una gestión sólida impiden que un país pueda permanecer unido y
con perspectivas de futuro. Eso afecta a los ferrocarriles, a la red
eléctrica, a los oleoductos, a las comunicaciones y al Complejo Militar
Industrial (CMI). Además habría que nacionalizar la producción de
bebidas alcohólicas. Son esos los sectores donde el estado debe tener el
paquete de control y determinar las políticas.
El
estado empezará controlando el “CMI”. Luego para mayor operatividad y
fiabilidad necesitará hacerse con el control de muchas empresas
relacionadas con este sector. Y así en cinco, diez años, según su
programa todo será propiedad del estado como en la época soviética.
En
la URSS ciertamente el 96% de la propiedad era estatal. Y eso es
totalmente equivocado. Cuando estábamos en el “Gosplan” (Ministerio de
planificación) y fijábamos el precio de un bocadillo en Yereván
(Armenia), eso era una estupidez. La completa estatización de todo lo
habido y por haber es la causa de la derrota de la URSS y el PCUS. Por
eso en nuestro programa se recoge que el sector privado pueda participar
en todas las esferas de la producción.
Sí,
pero su programa le reserva solo el comercio y la pequeña empresa. Y
eso con el derecho que se reservaría el estado a fijar los precios de
los principales bienes de consumo.
No
fijar, pero sí regular. ¿Pero tanto le preocupa el destino de todos
aquellos que han saqueado al pueblo, de los Berezovski, Abramóvich y
demás? Sí, les va a tocar devolver lo robado. Y el pueblo es algo que
sin duda aprobará. Llevaremos a cabo una consulta popular, un referéndum
para que el pueblo dictamine su voluntad. ¿Adivina que saldrá?
¿Considera usted que Putin es ese líder capaz de sacar al país de su estad actual?
No
está capacitado en absoluto para hacerlo. Sus intereses de clan y
personales siempre se acaban imponiendo sobre los intereses populares y
del estado.
“Tenemos posibilidades de sacar más del 50% de los votos”
Usted
y su partido lleva diciendo lo mismo desde hace más de diez años, y
hasta ahora solo han tenido una victoria en las legislativas en el 95.
Aquel
año la gente “recuperó la vista”. “Los “reformadores” les engañaron de
un modo cruel e implacable. Y cuando Putin llegó, la gente recuperó la
esperanza, al ver a una persona joven, sobria, pensó que podría arreglar
la situación, desarrollar el país. Si repasáramos el primer discurso de
Vladímir Putin en el parlamento, yo estamparía mi firma debajo de mucho
de lo que allí se decía. Pero luego no terminó nunca de salirse de esa
senda corrupta, sucia, demente, de Yeltsin. No se ha creado nada. Para
“tirar a la escoria por el retrete” (frase célebre de Putin tras la
tragedia de Beslán. N de la T) al menos hay que construir retretes.
Ahora el gobierno no se somete a ninguna norma ni ley. Siguen sin
organizar unas elecciones limpias. Por eso no tienen ningún interés en
enfrentarse a nosotros en debates electorales. Ni Yeltsin, Ni Putin, ni
Medvédev, han querido nunca debatir con nosotros.