martes, 14 de septiembre de 2010

¿Quiénes son los dos estadounidenses que afirman, que según Fidel Castro, el modelo cubano no funciona?



Los medios de todo el mundo han recogido en sus portadas las supuestas declaraciones de Fidel Castro al periodista estadounidense del periódico The Atlantic Jeffrey Goldberg y a su “acompañante” Julia E. Swing hace pocos días en La Habana. Según afirma el periodista, el líder de la revolución cubana afirmó: “El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”. El clamor mediático presentó esta frase como la prueba de que Castro reconocía el fracaso del socialismo cubano. “No es un gran descubrimiento, pero es el reconocimiento de una realidad largamente negada. Los defensores de la ortodoxia marxista se ven huérfanos de su último héroe”, afirmaba eufórico en los sumarios el periódico italiano Il Giornale, propiedad de la familia Berlusconi. Hasta The Atlantic incluye en su página web un viejo fragmento de un capítulo de Los Simpson donde Fidel Castro propone a la dirigencia cubana abandonar el comunismo1.

Hicieron falta sólo cuarenta y ocho horas para que comandante cubano desmintiendo el segundo titular de Goldberg y afirmando precisamente lo contrario "El sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos"2. Aunque esta reflexión de Castro es suficientemente clarificadora de su pensamiento, no debemos dejar de analizar lo publicado por el periodista estadounidense para comprender cómo las ideas de Fidel Castro y lo publicado no podían tener nada en común.

Pasemos a conocer las dos partes en las que se divide el texto publicado por Goldberg en su blog, el 7 de septiembre3 y el día siguiente4.

El primero lo titula enfrentando a Fidel Castro con el presidente iraní Ahmadinejad: “Fidel a Ahmadinejad: Deje de calumniar a los judíos”. Goldberg comienza relatando que, al conocer la invitación del líder cubano, “entonces llamé a una amiga al Council on Foreign Relations, Julia Sweig, quien es una destacada experta en Cuba y Latinoamérica”. Más tarde hablaremos de esa mujer y de esta organización. El vuelo de Estados Unidos a Cuba despierta en Goldberg dos afirmaciones con clara intencionalidad: que en su avión viajan numerosos cubanoamericanos que llevan televisores de pantalla plana y computadoras para sus familias en Cuba “tecnológicamente desprovistas”, y que el aeropuerto de La Habana está “casi vacío”. Sus primeros comentarios al ver a Fidel son igualmente intencionados: “Un débil y envejecido Fidel se levantó para saludarnos”.

Sobre las personas que le acompañaban afirma el periodista que había: “varios guardaespaldas, todos los cuales parecían haber sido reclutados en el equipo de pressing catch de Cuba. Dos de estos guardaespaldas sostenían a Castro por el codo”. He estado en varias ocasiones con Fidel Castro, alguna de ellas en el lugar que deduzco de ese mismo encuentro, una sala del Palacio de Convenciones, y puedo asegurar que, al tratarse de un sitio oficial y suficientemente custodiado desde fuera, no requiere guardaespaldas de pressing catch que, por otro lado, nunca he visto en Cuba.

La primera pregunta de Goldberg a Fidel es bastante vacua: si su enfermedad ha provocado en él un cambio de opinión acerca de la existencia de Dios, momento en que el periodista se califica de ex socialista. Después afirma que “Castro es el abuelo del antiamericanismo global”. Una vez más, el estadounidense confunde América con Estados Unidos, Fidel Castro es americano, no puede ser antiamericano. Pero tampoco es antinorteamericano, cientos de veces ha recordado su admiración y reconocimiento por el pueblo de Estados Unidos, recordemos su oferta de enviar una brigada de cientos de médicos a Nueva Orleans tras el huracán Katrina. Quien sí es anticubano es el gobierno de Estados Unidos que impide a todo el pueblo de Cuba, mediante el bloqueo, acceder a productos necesarios para su desarrollo.

A continuación todos los comentarios de Goldberg -recordemos que de religión judía- son para poner en boca de Castro simpatía por los judíos, defensa y apoyo del derecho de Israel a existir y críticas al presidente iraní (“criticó a Ahmayinehad por negar el holocausto”, “explicó por qué el gobierno iraní serviría mejor la causa de la paz reconociendo la historia singular del antisemitismo y tratando de comprender por qué los israelíes temen por su existencia”, “dijo que el gobierno iraní debiera comprender las consecuencias del antisemitismo teológico”). Incluso el periodista insinúa que las críticas del líder cubano al presidente iraní se las transmite para que se las comunique a Ahmadinejad: "Digo esto para que tu lo comuniques". Como si Fidel Castro necesitara una publicación estadounidense para decirle algo al presidente iraní.

Según Goldberg, Fidel le dijo que en caso de un ataque al país persa "la capacidad de Irán para causar daños no es evaluada". En realidad, si Israel o Estados Unidos atacan a Irán, quienes hacen daño son los dos primeros. El periodista presenta a la víctima como el provocador del daño.

En la segunda parte publicada el 8 de septiembre el estadounidense califica sutilmente a Fidel Castro de autócrata comunista: “ He tenido una experiencia limitada con autócratas comunistas”. Y no es mejor su opinión del actual gobierno cubano: “Fidel nos demostró que realmente estaba semi-retirado. El día siguiente era un lunes, cuando se espera de los máximos líderes el estar sin ayuda manejando sus economías, metiendo disidentes en prisión y cosas de ese tipo”.
Según el periodista, mientras comían y charlaban relajadamente es cuando explota la supuesta bomba informativa. Goldberg le pregunta si consideraba que el modelo cubano era algo digno de exportar y, siempre según el periodista estadounidense, Fidel Castro le responde: “El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”. En lugar de pedirle al líder cubano que le aclarase esa impactante afirmación se lo pide -asombrosamente- a su amiga Julia, quien -más asombrosamente- se ve cualificada para desarrollarla:

Le pedí a Julia que interpretara esta impresionante declaración para mi. Ella dijo, “Él no estaba rechazando las ideas de la Revolución. Lo he tomado como un reconocimiento de que bajo “el modelo cubano” el Estado tiene un rol demasiado grande en la vida económica del país.

Durante una visita que realizan todos a un espectáculo de delfines, Goldberg muestra su imaginación para sacar conclusiones políticas. Castro invita a Adela Dworin, la presidenta de la Comunidad Judía de Cuba, y como la besa delante de las cámaras, el periodista deduce que eso no es “por casualidad” y que quizás se trataba de “otro mensaje para Ahmadinejad”. La visita al acuario está salpicada de comentarios maliciosos de Goldberg insinuando el poder arbitrario y absoluto de Castro: por abrir las instalaciones un lunes, día que está cerrado el acuario; y entrecomilla la expresión “de manera voluntaria” para referirse a cómo los funcionarios fueron ese día a su puesto. Además, al serle presentada la trabajadora Celia Guevara, hija del Che, le espeta “¿Y eres veterinaria de delfines?”, en tono despectivo.
Es evidente que el estilo, tono e insinuaciones de Goldberg no convierten sus textos en un testimonio muy riguroso del desarrollo de las conversaciones. Pero más elementos aclaratorios encontraremos si investigamos un poco sobre su perfil y el de su “amiga” y “acompañante” Julia E. Swing.

Jeffrey Goldeberg escribió un artículo para el New Yorker en 20025, durante el período previo a la guerra de Iraq. Allí reproduce todas las acusaciones del gobierno Bush contra Sadam Hussein que después se demostraron sin fundamento y que sirvieron para justificar la invasión: que era una amenaza para Estados Unidos, que existía una estrecha relación entre Hussein y Al Qaeda, y concluye su artículo con acusaciones sobre las supuestas armas de Hussein de destrucción masiva:

No hay desacuerdo en que el Iraq, si no se controla, los tendrá muy pronto ... Hay pocas dudas de lo que Saddam podría hacer con una bomba atómica o con sus reservas de armas biológicas y químicas.


En un debate a finales de 2002, en la revista Slate, Goldberg describe a Hussein como "singularmente malo" y aboga por una invasión sobre una base moral:

Existe consenso en la creencia de que Saddam podría estar a pocos meses de la adquisición del material radioactivo necesario para construir la bomba atómica. (...) La administración estadounidense tiene previsto lanzar hoy lo que muchos, sin duda, calificarán de un acto miope e injustificable de agresión. En cinco años, sin embargo, creo que la inminente invasión de Iraq será recordada como un acto de profunda moralidad6.

El escritor judío Norman Fienkelstein, opositor a la política del gobierno israelí, escribió una crítica7 al libro de Goldberg “Prisoners: A Muslim and a Jew Across the Middle East Divide”, donde muestra claramente el sionismo sectario de este último. Fienkelstein denuncia que Goldberg considera prisiones israelíes para palestinos como la de Ketziot como, “un gran taller de manualidades porque los palestinos podían allí organizar sus vida política, más o menos a medida de lo que eligieron". Según Goldberg, “las claves del conflicto entre Israel y Palestina se fundamentan en el antisemitismo: el mundo islámico no puede soportar un estado judío próspero en su seno”. "Fue terriblemente duro para los musulmanes aceptarlo", afirma Goldberg en su libro.

Fienkelstein recuerda que Goldberg se declara abiertamente sionista. Según el entrevistador de Castro, “el sionismo exigió la igualdad de derechos para los judíos como una nación, y esta aspiración evocó violenta hostilidad”. Vale la pena recordar que la resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 10 de noviembre de 1975, equiparó al sionismo con el racismo en general y con el apartheid sudafricano en particular, y llamó a su eliminación, entendiéndola como una forma de discriminación racial.8

Es de destacar también el papel de Julia E. Swing, como amiga y acompañante del periodista en su visita a La Habana. Ya señalábamos que, sobre la interpretación de la impactante frase de Castro sobre el fracaso del sistema cubano, en lugar de pedirle aclaración al propio líder cubano, Goldberg se la solicita a su acompañante Swing. Esta mujer es la experta para estudios latinoamericanos del think tank estadounidense Council Foreign Relations, que se califica de “grupo independiente no partidista”. Veamos quiénes se encuentran en su directiva9. El presidente es Richard N. Haass10, quien ha desarrollado toda su trayectoria profesional como alto cargo del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa. Entre enero de 2001 y junio 2003 era el director de planificación del Departamento de Estado, donde ejerció como principal consejero de Collin Powell y se ocupó de coordinar la política de Estados Unidos para Afganistán. Entre 1989 y 1993 fue el asistente especial de George Bush padre, en 1991 fue premiado por su contribución al desarrollo de la política de EEUU en la primera guerra de Iraq. Anteriormente, entre 1981 y 1985 sirvió en el Departamento de Estado y entre 1979 y 1980 en el Departamento de Defensa.

Como copresidente encontramos a Robert E. Rubin , antiguo secretario del Tesoro de Estados Unidos. También aparece como alto cargo de esta organización “independiente” Madeleine K. Albright, la que fuera secretaria de Estado de Bill Clinton; el propio Collin Powell, secretario de Estado con George Bush; Sylvia Mathews Burwell, de la fundación de Bill & Melinda Gates; Donna J. Hrinak, responsable de negocios para América Latina de PepsiCo, Inc.; James W. Owens , ejecutivo de Caterpillar Inc., la empresa de excavadoras y bulldozer que derriban las viviendas palestinas y que es objeto de boicot por las organizaciones humanitarias de solidaridad con Palestina11. Por último, entre sus presidentes honorarios también aparece el multimillonario David Rockefeller. Ya en 2008, Michael Barker detallaba en la prestigiosa revista estadounidense Znet12 que Council on Foreign Relations trabajaba “con el respaldo de las principales fundaciones liberales de Estados Unidos y muchas personas vinculadas a la CIA”. Es curioso, cuando la periodista Rosa Miriam Elizalde visitó a España y se dejó acompañar en una entrevista por un conocido novelista cubano, la prensa española insinuó que iba acompañada de un comisario político castrista13. Parece que el periodista que viaja con comisario político es el estadounidense.

Para terminar, recordemos que el líder de la revolución ha mostrado en numerosas ocasiones su capacidad de crítica y sinceridad, pero el tono y el estilo de los dos textos publicados por el periodista Jeffrey Goldberg, sus antecedentes y sus acompañantes, no hacen pensar en que sea el mejor intermediador para que conozcamos los pensamientos del comandante cubano. El desmentido publicado por Fidel Castro el 10 de septiembre vuelve a demostrarnos que recurrir a muchos de los periodistas actuales y sus medios de comunicación no suele ser una buena forma de conocer lo que sucede en Cuba y lo que piensan sus dirigentes. Por eso yo en lugar de leer y escuchar a periodistas, para conocer, a Fidel, prefiero leer sus reflexiones sin mediadores y, para conocer Cuba, hablar con los cubanos.

www.pascualserrano.net

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