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martes, 3 de abril de 2012
Documentos revelan Trotski trabajo para el FBI
En 1993 el diario "The independent" publicó una investigación del historiador William Chase según la cual Diego Rivera y Trotski habían sido confidentes del FBI, al que proporcionaron información sobre los comunistas mexicanos:
Chase afirma que dispone de información concreta que demuestra que Trotsky era un confidente del FBI. Para demostrarlo, se remite como fuente a los archivos del Estado con el número RG 84. Según Chase, Trotsky se prestó a colaborar con el FBI para obtener un visado de entrada en Estados Unidos "proporcionando información al Consulado de Estados Unidos sobre enemigos comunes, ya sean mexicanos o estadounidenses".
En Estados Unidos organizaron una campaña para que le concedieran asilo político a Trotsky. Sin embargo, en el Congreso Mundial contra la Guerra y el Fascismo, lo mismo que en el Congreso Sindical Latinoamericano, Trotsky pidió a sus simpatizantes que le enviaran los nombres de los delegados que fueran agentes de la GPU para transmitírselos al FBI.
Trotsky también aceptó la invitación a comparecer ante el Comité Dies, conocido posteriormente como Comisión de Actividades Antiamericanas. No pudo comparecer nunca porque no obtuvo el visado, no porque no tuviera intención de hacerlo. Trotsky tuvo que informar al gobierno de Estados Unidos por otros medios, desde el propio suel mexicano. Según los documentos conservados: “En junio de [1940], Robert McGregor, Cónsul de [EE.UU.], se reunió con Trotsky en su casa ... se reunió de nuevo con Trotsky el 13 de julio”.
En estas reuniones Trotsky dio a McGregor detalles de las evidencias que había reunido; proporcionó un listado con los nombres de las publicaciones progresistas de México, de los dirigentes políticos y sindicales, de los funcionarios públicos relacionados con el PCM, denunció que uno de los dirigentes de la Internacional Comunista, Carlos Contreras, participaba en la dirección del PCM. También denunció a Narciso Bassols, antiguo embajador de México en Francia, como un agente soviético, para conseguir su expulsión de México.
Una vez que el Departamento de Estado recibió las informaciones de Trotsky a través del Consulado en México, las pasó al FBI, en cuyos archivos se conservan los expedientes.
Independent
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