miércoles, 5 de enero de 2011

La crisis moldava continuará un año más

Marian Lupu, presidente provisional de Moldavia
Por Viorel Lupescu (Enmerkar)

Hay políticos a los que les da lo mismo aliarse con fascistas y cipayos, que con comunistas, que, dicho sea de paso, fueron sus antiguos (no tan antiguos) camaradas de partido. Es el caso de Marian Lupu, líder del Partido Demócrata, quien ha sido designado Presidente provisional de Moldavia por el Parlamento, prolongando de esta manera el estancamiento político que sufre el país desde el 2009.

Lupu, quien se separó hace dos años de las filas del Partido de los Comunistas de la República de Moldavia (PCRM), lidera el Partido Demócrata, una formación de "centroizquierda", de acuerdo a los fascistas estándares europeos. El PD integra la Alianza para la Integración Europea -AIE-, junto al Partido Liberal Demócrata (del primer ministro saliente Vlad Filat) y el Partido Liberal del fascista ex presidente Mihai Ghimpu. Marian Lupu ha sido electo presidente provisional del país, al alcanzar la AIE un total de 59 votos de los 101 del Parlamento moldavo. Al ser necesarios 61 para elegir a un presidente efectivo, solo alcanza para uno interino. Evidentemente, Lupu eligió privilegiar su ambición de ser presidente de Moldavia, a lograr un acuerdo político con el PCRM y superar así la crisis política, que ya tiene dos años de duración.

Desde el primer momento el PCRM abrió la puerta a la formación de un gobierno de coalición. Vladimir Voronin, líder comunista y ex presidente del país (2001-2009), se mostró junto a Lupu, asegurando que aunque la coalición solo alcanzaba a 57 de los 101 diputados, esto tenía una "solución técnica". Evidentemente, nada de solución técnica. La AIE se cierra a cualquier posibilidad de acuerdo. Al menos los más potables, como el PDM, que supuestamente no son tan fascistas como las autoridades salientes, que han impulsado la criminalización del comunismo y una revisión en base a calumnias y tergiversaciones, de la historia moldava cuando el socialismo. Ni que hablar de una economía en estado de parálisis.

Lupu ya propuso que Vlad Filat (¡ahora todos tienen nombres rumanos en Moldavia!) sea su primer ministro. O sea, otra vez la misma coalición de perdedores que atascó a los moldavos en una alcantarilla de fascismo y represión. Y de recortes cada vez más pronunciados en la inversión social. Como se ha visto, los liberales no tienen ningún empacho en paralizar a todo un país con tal de lanzar sus vomitivas "reformas" desde el estrado y favorecer la colonización de la conciencia nacional.

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