Por Viorel Lupescu (Enmerkar)
Los dos principales sindicatos amarillos de España, UGT y CCOO, han convocado a una huelga general para el 29 de septiembre próximo, tratando de "apaciguar" las aguas en sus bases, y que éstas no se le vuelvan en contra. Tal es el pensamiento y la acción sindical verticalista que manda en el país ibérico.
Varias veces he dicho que es vergonzosa la convocatoria a huelga cuatro meses después del tijeretazo de salarios a empleados estatales y jubilados, y semanas después de que el gobierno socialdemócrata de José Luis Rodríguez Zapatero aprobara una reforma laboral, que entre otras perlas, abarata el despido de los trabajadores, lo cual confirma que en la actual crisis capitalista el objetivo será, ante todo, salvar el bolsillo de los empresarios con racionalización laboral y abaratamiento de costos. Porque, para los capitalistas, los salarios son costes, más nunca inversión. Y los gobiernos de las potencias imperialistas han hecho lo imposible por salvar a los banqueros y a los industriales que se declararon "en bancarrota" y otras sandeces difíciles de creer, cuando éstos registran millonarias ganancias todos los años, poseen patrimonios personales tales que no nos alcanzaría la vista para calcularlos, y lo peor de todo, es que tengan el coraje para afirmar que sus negocios corren peligro, y que se ven "obligados" a reducir personal, y explotar más de la cuenta al resto. Si vos, compañero lector, creías que con la crisis económica mundial que surgió en 2008 iba a surgir un "nuevo paradigma", me parece, con respeto, que no advertiste de la boca de quiénes venían esas palabras. Los Obama, los Sarkozy, en tanto los Zapatero y los Papandreu se ven con la soga al cuello, ahora que sus modelos económicos basados en el ladrillo, la playa y bancos donde se lava dinero de la droga, están mostrando ya no fisuras, sino que están al borde del colapso.
La huelga general llega con retraso a España. La crisis económica golpea al país desde finales de 2008. El desempleo desde fines del año pasado que superó la marca del 20% -eso me recuerda a las cifras que nos llegaban cuando el menemismo argentino-, por lo cual se desprende que el empleo se encuentra en caída libre desde hace varios meses. Con toda clase prebendas, subvenciones, y otros artilugios, el gobierno de Zapatero logró sortear todo este tiempo sin una huelga general. Ahora la situación no se aguanta más, y las bases de los principales sindicatos amarillos (donde también hay sindicalistas honrados, pero claro, no están en la cúpula) han presionado de manera tal a la dirigencia entreguista, que la misma se vio obligada a convocar una huelga general, por fin.
No se trata de un momento cualquiera en la historia española y/o europea. La vuelta de la peste fascista es un hecho. Los partidos ultraderechistas buscarán un chivo expiatorio en la inmigración y reclamarán "mano dura" contra los "sudacas y moros" para "proteger el empleo de nuestra nación". Verdaderas estupideces, si consideramos que quienes han protegido el empleo en España, Francia, Alemania, Italia...¡hemos sido nosotros, los negros tercermundistas!. Con sus empresas como Telefónica, Iberdrola, Telecom, bancos varios, nos chupan la sangre desde siempre, y más desde los siniestros años 90 del "fin de la historia". Pero no soy de los que le desean el mal ni tampoco la desgracia a trabajadores hermanos, sean del país que fuere. La huelga del 29-S, y su origen amarillo, hay que tenerlos bien claros. Pero también que la misma puede significar una oportunidad inmejorable para los trabajadores y trabajadoras de España, para comenzar el camino de la reivindicación del poder, que éste pase a sus manos. No será camino sencillo, ni mucho menos, corto. Pero esta huelga puede ser, también, un ejemplo para nuestros pueblos. Y que mejor ejemplo que dar, que el de la lucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario