En las últimas semanas los diarios, la televisión y los portales de noticias en internet han repetido una cifra hasta el hartazgo: 82%. En todos lados, la vemos, pero hay quienes no saben muy bien de qué se trata, ya que como en todos los asuntos económicos, no faltan los economistas chantas chamuyeros que más que lo que aclaran, oscurecen. Y en este rincón de la internet -que ha renovado su plantilla, como notarán los asiduos- trataré de que esto se entienda un poco mejor, pues, por caso, las afirmaciones del ministro de economía Amado Boudou diciendo que "no hay plata" o que "es una locura" son mentiras, y no se corresponden con la realidad.
El proyecto que ha presentado la oposición legislativa en general contempla que los jubilados pasen a cobrar un haber correspondiente al 82% del salario mínimo, hoy de $1500. Y que los que en el futuro de jubilen, lo hagan cobrando el 82% del salario que percibían -o el promedio general de acuerdo a los aportes previsionales; no es lo mismo, lamentablemente, trabajar de médico que trabajar de maestro pizzero, esto lo sabemos todos, y un trabajador pasa por varios laburos en su vida-. Además, se plantea que el Gobierno respete, más bien aplique la tasa de ajuste de los haberes de los jubilados que desde el 2003 cobran la mínima, pues la pirámide de ingresos se ha achatado, y esto supone que hoy el 70% cobre el haber mínimo de $895, en tanto que antes del año mencionado, el 33% se encontraba en esas condiciones. Esto quiere decir que los jubilados cada vez cobran menos -en el salario real, pues el nominal, arguye el gobierno, ha aumentado "significativamente"-. A esto cabe sumarle las mentiras y los dibujitos sobre inflación con los cuales nos deleita el Instituto Nacional de Estadística (INDEC). Y a propósito del Indec, este año, en el mes de octubre, se realizará el Censo Nacional, ¡no quiero ni pensar con qué sorpresas nos vamos a encontrar!, Es verdad que en los últimos siete años se ha permitido el ingreso al sistema de 2,5 millones de jubilados, o sea, de quienes no tenían aportes previos, y cuya situación era por demás ruinosa. Pero las causas que generaron esta ampliación irregular, no se han corregido. El 52% de los trabajadores que están en edad de aportar trabajan en negro, sin ningún tipo de reglamentación laboral, y por tanto, esto afecta gravemente a su futuro retiro. Además, la relación entre aportantes y retirados es casi similar a la de un país europeo: un sistema al borde del colapso. Todo esto a causa del enorme número de trabajadores no registrados -y que la mayoría no hace aportes porque sus salarios, de por sí bajos, se lo impiden-, y no de un aumento de la expectativa de vida, vale decir.
Algunas claves para entender cómo se pueda llegar al 82% móvil:
- La aplicación requiere un financimiento de 32.000 millones de pesos,
- Si se tiene en cuenta que el aumento del consumo vuelve vía impuestos, el costo neto de la medida sería de 25.000 millones de pesos,
- Si se restituyen las contribuciones patronales a los niveles que tenían en el año 1993 (momento en que fueran reducidas a la mitad por Domingo Cavallo), aún exceptuando las pequeñas y medianas empresas, aumentaríamos el financiamiento del sistema previsional en unos 17.000 millones de pesos,
- Si además reorganizáramos la institución ANSES transformándola en autónoma del Poder Ejecutivo, dispondríamos de un superávit financiero para este año superior a los 8.000 millones de pesos y de un stock de inversiones que superaría los 150.000 millones de pesos.
Por tanto, el 82% móvil respecto del salario mínimo, y el ajuste de los haberes de acuerdo al fallo Badaro de la Corte Suprema, que ayudaría a mejorar el nivel de ingresos de los jubilados que fueron colocados abajo de la pirámide de ingresos, cuando antes del 2003 no estaban en aquél lugar, y más considerando que nunca ganaron fortunas. Mejorar la calidad de vida los jubilados debería ser una preocupación de Estado, y no "ajustar" su salario con mini-aumentos que les permitan sobrevivir apenas. Que medidas como la inclusión de 2,5 millones de jubilados no se queden en la nada, o asimismo también se emprenda un masivo registro de trabajadores a fin de prevenir el colapso del sistema integrado previsional. Que nos digan que la restitución de los aportes patronales podría generar más trabajo no registrado es una barbaridad y más de parte del Gobierno. Son ellos quieren deben controlar a los empleadores y velar porque el derecho al trabajo por igual remuneración y los aportes previsionales sea respetado. Sino váyanse a casa, Cristina, Néstor, Amado...
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