Dos millones de franceses salieron a la calle contra el cambio en la edad de jubilación
Los sindicatos franceses pasaron con nota el día de ayer en las manifestaciones convocadas contra el cambio de la edad de jubilación de 60 a 62 años habrían alcanzado su objetivo de dos millones de participantes. La cifra, como ocurre en estos casos, contrasta con la que dan las autoridades, que sitúan en casi 800.000 los manifestantes en todo el país.
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, anunció esta tarde que las protestas han reunido a "1,92 millones" de franceses, casi el doble del alrededor de un millón que se echaron a las calles en la anterior jornada de huelga general, el pasado 27 de mayo.
Sin embargo, desde el Ministerio del Interior se habla de 797.000 manifestantes. En la anterior protesta, el balance oficial fue de 400.000. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, reconoció que la movilización de este jueves ha sido "bastante fuerte" pero ha sido "ligeramente más débil que la de 2003".
En el caso de París, unas 47.000 personas se manifestaron en contra de la propuesta del Gobierno de elevar la edad de jubilación, según la Policía, mientras que la CGT habla de 130.000, cifras que contrastan con los entre 22.000 y 90.000 manifestantes del 27 de mayo.
Thibault consideró que la movilización registrada este jueves es "de alto nivel", "en torno a dos millones", que era el objetivo que se había fijado esta mañana. "Hacía falta una reacción a la altura del cuestionamiento de los derechos de jubilación", subrayó, incidiendo en que "lo menos que se puede decir es que la respuesta está al nivel necesario".
También el secretario general de la CFDT, François Chérèque, consideró que "los dos millones" de manifestantes "se han alcanzado ciertamente" y que "la mayor manifestación del año" demuestra el nivel de "sentimiento de injusticia" que hay entre los franceses por la decisión del Gobierno de Nicolás Sarkozy.
Por su parte, la ex candidata socialista a la presidencia Ségolène Royal reclamó este jueves la organización "por la izquierda y las fuerzas sociales de un referéndum de iniciativa popular para hacer fracasar" el proyecto de reforma de las pensiones del Gobierno. La iniciativa popular en Francia requiere el respaldo de tres quintas partes de los parlamentarios y del 10% de los electores inscritos.
SEGUIMIENTO DE LA HUELGA
Según el Ministerio de la Función Pública, la huelga tuvo un seguimiento del 18,71% entre los funcionarios del Estado, del 13% entre los funcionarios territoriales y el 12,5% entre los funcionarios de los servicios médicos. Estas cifras son superiores a las registradas en el anterior paro de mayo.
En la educación, incluido el personal administrativo, hubo un seguimiento del 18,6% frente al 13,3% del 27 de mayo, según el Ministerio, que recordó que en mayo de 2003 fue del 67,36%. El paro también ha tenido un fuerte seguimiento en France Telecom (29,9%), así como en France Télévision y en Radio France. En Frace 2, se suprimió el telediario de las 13:00 horas, mientras que el de las 20:00 horas está previsto que sólo sean imágenes. En la radio, no ha habido emisiones en France Inter desde la 1:00 hasta las 20:00 horas.
Por su parte, la compañía de ferrocarriles gala, cifró el seguimiento en el 39,8%, mientras que la CGT habla del 46%. En el servicio de correos, La Poste, hubo un seguimiento del 19,86%.
La Republica
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La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), convocante de la huelga, rechaza el plan de recortes de unos 24 mil millones de euros del Gobierno de Silvio Berlusconi. Aunque las medidas financieras del Ejecutivo buscan reducir la deuda pública, afecta a sectores sociales, pues, por ejemplo, implica el congelamiento de sueldos de 3,5 millones de empleados públicos hasta el año 2013.
Cerca de un millón de empleados italianos del sector privado y público manifestaron este viernes en rechazo al plan de ajuste económico aprobado por el gobierno que contempla un recorte en el gasto público para evitar que la nación sea arrastrada por la recesión de Grecia.
La huelga fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGIL) el pasado 12 de junio, y según los principales voceros del gremio, ha tenido una amplia adhesión por parte de los trabajadores.
Las manifestaciones se suman a la paralización de ocho horas en cada turno de los empleados públicos y de cuatro horas en los del sector privado en contra del plan de ajuste para evitar la bancarrota.
Entre las consignas de los trabajadores están frases que manifiestan una rotunda condena al plan de austeridad, al que califican de "equivocado e injusto".
De acuerdo con fuentes de la CGIL, las manifestaciones se han llevado a cabo en todo el país salvo en las regiones de Toscana (centro), Piamonte (norte) y Liguria (noroeste).
El citado sindicato reportó a Roma, Milán (norte) y Bolonia (norte) como centros neurálgicos de las protestas.
Según el CGIL, más de 40 mil personas se concentraron en la capital, con pancartas en las que se podía leer "Nosotros la crisis no la pagamos" o "En la fábrica, en la oficina, en el colegio, en casa: sin derechos somos sólo esclavos".
Pese a los datos suministrados por el gremio, el ministro de Administración Pública, Renato Schiffani, aseguró que, la adhesión a los paros del sindicato es del 1,91 por ciento, basado en una muestra del 10 por ciento de los empleados públicos.
El secretario general del opositor Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, solicitó al Gobierno que corrija los puntos "más inaceptables, que afectan a los servicios y a las rentas fundamentales".
"Nosotros hemos hecho propuestas de 24 mil millones de euros (29 mil millones de dólares), pero las hemos distribuido de modo diferente ¿Por qué no se las miran?" se preguntó dijo Bersani, según reflejan medios locales.
Las medidas económicas del Gobierno italiano pretenden situar el déficit en el año 2012 en un 2,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Con el citado objetivo, Italia busca reducir la deuda pública para evitar situaciones como la de Grecia, país que entró en crisis económica y afectó a la zona euro al ingresar en esta a través de diferentes mecanismos "turbios".
Para evitar que Italia sea arrastrada por la recesión de Grecia, el Gobierno de Silvio Berlusconi prevé recortes por 24 mil millones de euros (28 mil millones de dólares) en el gasto público en 2011 y 2012.
Alcanzar la citada meta implica entre otros aspectos, el congelamiento de sueldos de 3,5 millones de empleados públicos hasta el año 2013 y recortar el 10 por ciento de los salarios de los altos cargos.
También incluye el congelamiento de inversiones por 13 mil millones de euros para regiones, provincias y ayuntamientos.
Asimismo, se retrasará por seis meses la jubilación de los trabajadores que cumplan los requisitos, entre otras medidas.
Telesur
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