domingo, 30 de mayo de 2010

El vídeo prohibido por la BP: Químicos para dispersar el derrame son altamente tóxicos


El “dispersante químico” no está haciendo desaparecer el crudo, como nos quieren hacer creer

Las frases demagógicas parecen la materia favorita de los discursos políticos y corporativos sobre el derrame petrolero en el golfo de México. Durante 36 días miles de barriles de petróleo han sido vertidos en las aguas norteñas, trasnformandose en una hecatombe natural, cuyos efectos en las poblaciones cercanas no se han  dimensionado aún.

Barack Obama extendió este jueves la “suspensión” de nuevas perforaciones y exploración petrolera en el Golfo de México, luego del masivo derrame de crudo que afecta a la región. Pese al “responsable” discurso oficial la realidad es otra: desde la explosión de la plataforma el pasado 20 de abril, los reguladores federales han concedido al menos 19 dispensas ambientales para proyectos de perforación del Golfo y al menos 17 permisos de perforación, la mayoría de los cuales fueron para proyectos similares al de Deepwater horizon.

“Primero, suspenderemos la exploración planeada en dos lugares frente a las costas de Alaska. Segundo, cancelaremos la concesión pendiente en el Golfo de Mëxico y la propuesta concesión en la costa de Virginia”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa. “Tercero, mantendremos la actual moratoria y suspenderemos el otorgamiento de nuevos permisos para nuevas perforaciones en aguas profundas por seis meses.  “Y cuarto, suspenderemos las actividades en 33 pozos exploratorios en aguas profundas que se están perforando en el Golfo de México“.

Lo que no dijo Obama y BP omite

 

Bristish Petroleum, no sólo ignoró tres alertas que pudieron evitar el desastre de la explosión de la Plataforma -decisión que pudo salvar la vida de 11 trabajadores- sino que ha empeorado la situación con el uso de sustancias perjudiciales.
Los químicos empleados para “disolver” el crudo vertido, lejos de cumplir sus objetivos ha transformado al petróleo en enormes nubes de partículas corrosivas. 



“Esto es una pesadilla… una pesadilla”. Así lo describe el nieto del legendario Jacques-Yves Cousteau.
Los dispersantes químicos que BP está usando- desconocemos si para arreglar el desastre o para terminar de aniquilar las especies marinas- han convertido la gruesa capa de crudo en colosales nubes que, flotando bajo la superficie, pueden quemar la piel de cualquier humano o animal que entre en contacto con ella.

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